Rincones del Atlántico



La representación de la flora
y la vegetación canaria en los
escudos municipales e insulares (I)


Desirée Sicilia Martín, Octavio Rodríguez Delgado
Departamento de Biología Vegetal (Botánica) de la Universidad de La Laguna
Fotos: Rincones - Autores - Sergio Socorro


La Heráldica es una herramienta auxiliar de la Historia que estudia la composición y significado de los escudos de armas o blasones. Nació en el siglo XII en Europa occidental y, pese a su antigüedad, perdura sin haber sufrido muchos cambios en cuanto a su uso y normativa. Inicialmente, los escudos de armas identificaban a los guerreros tras su armadura o a los combatientes de un determinado bando en la batalla. Hoy en día su aplicación se ha extendido, abarcando la identificación de personas, corporaciones y entidades políticas (estados, comunidades autónomas, provincias, islas o municipios), como es el caso que nos ocupa.

La asunción de un conjunto de normas rígidas para la composición de los escudos de armas y la transmisión de éstos a través de las generaciones como elemento identificador del linaje, diferencia a la Heráldica de otros tipos de simbología. Así, por ejemplo, entre las normas o leyes de la Heráldica cabe destacar la que prohíbe que figure color sobre color y metal sobre metal.

La concesión de escudos se incorporó a Canarias con la Conquista, y la competencia para su otorgamiento fue inicialmente del Rey. Los primeros escudos de armas de las islas o sus capitales fueron concedidos entre el siglo XVI y el XIX por Real Cédula o Real Orden. Pero la inmensa mayoría de los escudos heráldicos institucionales se aprobaron en el siglo XX; en las tres primeras décadas lo fueron por Real Decreto o Real Orden del Ministerio de la Gobernación; luego, durante más de medio siglo (II República y Dictadura del general Franco), se otorgaban por acuerdo del Consejo de Ministros y su posterior Decreto; y los más recientes, a partir de 1982, lo han sido por Orden de la Consejería de la Presidencia del Gobierno de Canarias.

En la actualidad, el proceso de aprobación de un escudo es relativamente largo. La institución que pretende tener el blasón le encarga a un heraldista la correspondiente memoria y el diseño del mismo, cuya estructura, en función de los datos históricos, debe guardar relación con la entidad a la que va a representar. Una vez aprobado por la institución que lo promueve, debe pasar por el filtro académico del Instituto de Estudios Canarios (anteriormente le correspondía a la Real Academia de la Historia), que debe emitir un informe favorable o proponer las enmiendas que considere oportunas. Después de que tenga el visto bueno del Instituto, la solicitud pasa a la Consejería de la Presidencia, la cual dicta la Orden de aprobación y publica en el Boletín oficial de Canarias la concesión del blasón, junto a una reproducción del mismo y el texto explicativo de los elementos que lo componen.



Con el fin de entender mejor la terminología usada en la descripción de los escudos, en el siguiente glosario incluimos el significado de algunas palabras de uso frecuente: azur (color azul); bordura (pieza fundamental que rodea el campo del escudo por su interior y con un ancho de un sexto del escudo); campo (fondo); cortado (partición que resulta de dividir el campo del escudo por una línea horizontal que pasa por su centro); cuartel (parte resultante de las divisiones del escudo); entado (partición irregular colocada en la punta del escudo, de lados curvos unidos en el punto central de la línea superior que delimita la punta); fileteado (se dice de la pieza que tiene los bordes de distinto esmalte o color que el resto); fustado (dícese del árbol cuyas ramas son de distinto esmalte o color al del tronco); gules (color rojo); oro (color amarillo); partido (partición que resulta de dividir el campo del escudo por una línea vertical que pasa por su centro); perfilado (pieza cuyo borde aparece con un fino trazo de otro esmalte o color); plata (color gris o blanco metálico); púrpura (color morado); sable (color negro); sinople (color verde); terraza (montículo no regular sobre el que pueden ir árboles, castillos, animales, etc.); terrazado (símbolo que va sobre una terraza), etc.

Los símbolos vegetales en los escudos canarios

Entre otros, los símbolos vegetales son profusamente utilizados en la Heráldica y, como tales, tienen un significado preciso y justificado en el blasón. Así, por ejemplo, de los elementos vegetales más usuales, el pino representa los pensamientos nobles y el corazón fogoso; la palmera, las victorias y los triunfos; la encina, el ánimo fuerte y constante; el olivo, el ánimo inmutable; el moral, la prudencia y la sabiduría; el laurel, la victoria imperecedera; el ciprés, los pensamientos elevados; el enebro, el corazón incorruptible; la rosa, la constancia y el arrojo; el lirio, el trofeo por las heridas recibidas; la flor de lis, el honor, realeza, ánimo generoso; etc.

Pero a pesar de que, de manera general, los vegetales simbolizan acciones concretas establecidas por la Heráldica, también se pueden utilizar por motivos históricos o geográficos, así como para representar un ejemplar concreto, centenario o tradicional. Esto ocurre en muchos de los blasones de las islas y municipios canarios.

ArtenaraBreña BajaEl HierroEl PasoEl RosarioEl Sauzal
El TanqueGarachicoGarafíaLa GuanchaLa Victoria de AcentejoLos Llanos de Aridane
MoyaPunta GordaTeguesteValverdeVilaflor


De los escudos aprobados en Canarias a los que hemos tenido acceso, sólo poseen símbolo vegetal los de tres islas y 40 municipios, en algunos casos referidos a más de una planta o formación vegetal. En ellos se hace referencia tanto a especies de la flora autóctona de las islas como a especies cultivadas u ornamentales.

Con respecto a las especies características de la vegetación potencial, representada de costa a cumbre por el tabaibal-cardonal, el bosque termoesclerófilo, el monteverde, el pinar y el retamar-codesar de cumbre, en nuestros escudos podemos encontrar elementos relacionados con todas ellas, tal como se aprecia en el diagrama adjunto. En éste destacan claramente los relacionados con el bosque termoesclerófilo, que por situarse en las medianías coincidía con el lugar elegido por los conquistadores y colonizadores para fundar la mayoría de los pueblos antiguos de las islas, por lo que había un mayor conocimiento de la flora y una relación más estrecha con ella.

Siguiendo una secuencia descendente, de cumbre a costa, en este primer trabajo vamos a analizar los símbolos vegetales de los escudos relacionados con el retamar-codesar de cumbre, el pinar y el monteverde.

El retamar-codesar de cumbre
Comenzamos el estudio con el matorral representativo de las cumbres de Tenerife y La Palma: el retamar-codesar. Sólo una especie de esta formación vegetal está representada en la heráldica institucional canaria: la violeta palmera, endemismo de la cumbre de dicha isla, que figura en el escudo de Los Llanos de Aridane.

La violeta de la palma (Viola palmensis)
El escudo del municipio de Los Llanos de Aridane (La Palma) fue aprobado el 2 de febrero de 1956. Está cortado y “el todo rodeado de bordura de plata, fileteada de gules, que contiene, alternadas, cuatro cruces rojas y cuatro violas palmenses en púrpura”. Según su justificación, dichas violetas representan el espíritu de la vieja raza benahorita.

El pinar
De las tres formaciones vegetales estudiadas, la mejor representada en los escudos heráldicos canarios es el pinar, aunque los elementos vegetales alusivos se limitan a una única especie, el pino canario. Con diferentes símbolos, este árbol, tan importante en el paisaje, la historia y la economía canaria, está recogido en los escudos de diez municipios de tres islas: Artenara, El Paso, El Rosario, El Tanque, Garachico, Garafía, La Guancha, La Victoria de Acentejo, Puntagorda y Vilaflor.

El pino canario (Pinus canariensis)
El 19 de febrero de 1996 se aprobó el escudo del municipio de Artenara (Gran Canaria). Está cortado y partido, y en el segundo cuartel (inferior izquierdo) incluye: “en campo de oro, un pino de su color, terrazado de sinople”. Este árbol, el pino canario, representa el famoso pinar de Tamadaba, uno de los mayores de la isla.

El escudo de El Paso (La Palma) fue aprobado el 23 de marzo de 1994. En el segundo cuartel (lado derecho) recoge: “en campo de oro un pino de sinople fustado en su color con un arroyo de azur que sale de su base”. Este árbol representa el majestuoso pino canario, contemporáneo de la conquista de la isla, que se yergue en los primeros escarpes de la Cumbre Nueva, junto al camino que conduce a Santa Cruz de la Palma. Está considerado como uno de los ejemplares más corpulentos de Canarias y en su tronco aún puede verse una oquedad donde, según la tradición, fue encontrada una imagen de la Virgen, por lo que es conocido con el nombre de “Pino de la Virgen”, dando igualmente su nombre a la advocación mariana (Virgen del Pino), patrona del municipio. El arroyo que parte de la base del pino simboliza el conjunto de manantiales que nacen en la Caldera y que abastecen al Valle de Aridane.

El 5 de noviembre de 1964 se aprobó el escudo de El Rosario (Tenerife). En el segundo cuartel (lado derecho), con fondo de plata, destaca: “un pino canario de sinople”. Ese árbol simboliza su famoso Bosque de La Esperanza, que llega hasta la capital del municipio y es uno de los mejores pinares de Tenerife.

El escudo de El Tanque (Tenerife) fue aprobado el 1 de junio de 1988. En su primer cuartel (lado izquierdo) figura: “en campo de oro, un pino de sinople”. Ese pino expresa la frondosidad del municipio, emplazado en el noroeste de la isla, en cuya parte superior el paisaje vegetal está dominado por el pinar canario.

El 19 de octubre de 1992 se aprobó el escudo de Garachico (Tenerife). Centrado en el extremo inferior incluye: “entado en punta de oro, una piña de pino al natural”. Este elemento simboliza el pinar canario que domina las cumbres del término municipal.

El escudo del municipio de Garafía (La Palma) fue aprobado el 16 de mayo de 1995, junto con la bandera local. En el segundo cuartel (lado superior derecho) destaca: “sobre fondo de plata, Pino al natural fustado y apoyado sobre el eje interior”. El modelo de este árbol se tomó de un ejemplar significativo por su antigüedad y representatividad, localizado en el lugar de Cruz Castillo, en la vía que une los barrios de Roque Faro y Franceses, y en dicho elemento se refleja la singular naturaleza y desarrollo económico que ha supuesto el pinar para esta villa.

El 3 de diciembre de 1991 se aprobó el escudo de La Guancha (Tenerife), en el que sobresale, como motivo central: “en el campo de plata, un pino de sinople, terrazado al natural y con el Teide al fondo”. Dicho árbol representa el pinar natural que domina en los altos del municipio y que aún se conserva en buen estado.

El escudo del municipio de La Victoria de Acentejo (Tenerife) fue aprobado el 16 de marzo de 1987. Está partido y en el primer cuartel (mitad izquierda): “en campo de plata, trae el Pino de la Victoria de sinople, fustado en su color”. El pino representa el histórico ejemplar de La Victoria, bajo el que se celebró una misa el día 25 de diciembre de 1495, una vez terminada la batalla librada entre los castellanos y los guanches, y en el lugar donde el adelantado Fernández de Lugo mandó levantar una ermita (luego iglesia parroquial) bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles o la Victoria. El citado pino sirvió de campanario al templo, puesto que, hasta erigir una espadaña, su campana colgaba del mismo.

El 14 de diciembre de 2000 se aprobó el escudo de Puntagorda (La Palma), que fue modificado el 13 de diciembre de 2002. En el segundo cuartel (superior derecho) incluye, en fondo de azur: “un pino canario al natural”. Simboliza esta especie arbórea, que siempre ha estado presente en el paisaje, la cultura, el pensamiento, la etnografía y la idiosincrasia del pueblo puntagordero. Este escudo municipal también recoge elementos del bosque termoesclerófilo, que estudiaremos en su momento.

El escudo de Vilaflor (Tenerife) fue aprobado el 19 de octubre de 1992. En el tercer cuartel (inferior izquierdo) recoge: “en campo de oro, un pino en su color”. Este árbol simboliza la magnífica masa forestal de pinar canario que caracteriza el municipio, en la que se localiza el llamado “Pino Gordo”, árbol de más de 60 m de altura, 8 m de circunferencia y unos 2’70 m de diámetro, que llegó a obtener el título de “campeón” en un concurso nacional convocado por la Revista de montes para premiar al ejemplar de pino (de cualquier especie) de mayor desarrollo de toda España.

El monteverde
El monteverde o laurisilva canaria, formación dominante en las medianías septentrionales de las islas de mayor relieve, influenciadas por los vientos alisios húmedos del nordeste, está representado por tres árboles, recogidos en el escudo heráldico de una isla y de cinco municipios de cuatro islas: el laurel (Breña Baja, Moya y Tegueste); el sauce (El Sauzal); y el til (El Hierro y Valverde).

El laurel canario (Laurus novocanariensis)
El 26 de mayo de 1995 fue aprobado el escudo de Breña Baja (La Palma), que fue corregido el 25 de septiembre de ese mismo año. En él destacan: “Rodeando al Escudo ramas de laurel”. Según la memoria del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, dichas ramas de sinople son el símbolo de la victoria y de la fertilidad de los campos. Por ello podrían representar el frondoso monteverde que cubre parte del término municipal.

El escudo de Moya (Gran Canaria) fue aprobado el 31 de mayo de 1957, y en él figuran, como adornos exteriores: “dragos y una rama de laurel, entrelazadas, y el lema en cinta de oro: Dragos y Laurel hacen su fama”. Los árboles que constituyen dichos adornos exteriores hacen referencia a los antiguos bosques que cubrían el término municipal, así como a los nombres de dos de sus más antiguos barrios (Barranco del Laurel y Dragos). Conviene recordar que parte de este municipio formaba parte de la célebre Selva de Doramas, uno de los más importantes bosques de laurisilva canaria o monteverde que existieron en las islas, hoy prácticamente desaparecido por la acción del hombre; no obstante, de él aún queda un pequeño fragmento en el Barranco de los Tilos, que constituye el principal reducto de esta formación vegetal en Gran Canaria. Este escudo también incluye otros elementos del bosque termoesclerófilo, que trataremos en su debido lugar.

El 10 de febrero de 1993 se aprobó el escudo de Tegueste (Tenerife). Está partido y en el segundo cuartel (lado derecho) incluye, en fondo de plata: “un laurel en su color, terrazado al natural, con unas rocas desde donde sale un torrente de plata, que discurre por la terraza y se pierde por la punta del escudo”. Dicho laurel simboliza el monteverde o laurisilva canaria que aún perdura en los bosques isleños, concretamente en los de este municipio, mientras que el terrazado representa la espléndida campiña teguestera de renombre y fama en la isla y factor esencial de su economía.

El sauce canario (Salix canariensis)
El escudo de El Sauzal (Tenerife) fue aprobado el 21 de octubre de 1960. Está cortado y en el segundo cuartel (mitad inferior), sobre fondo de plata, figura: “un sauce de sinople”. Este árbol rememora la existencia de ejemplares de dicha especie, sobre todo en las partes más bajas del término municipal, que a la postre le dieron su nombre.

El til (Ocotea foetens)
Desde los tiempos más remotos fue la modesta y antiquísima Villa de Santa María de Valverde la principal población de la isla de El Hierro. En virtud del privilegio de villazgo que tuvo, sus alcaldes mayores ordinarios podían ejercer y ejercieron la jurisdicción civil y criminal en primera instancia. Se sabe que el Cabildo usaba en su sello particular las armas de la isla, tal y como se muestran en el escudo. Éste lleva en el centro: “en campo azur, un árbol de sinople coronado de nubes, de plata sobre charca de agua en prado sinople”. Dicho árbol representa al Garoé, Árbol Santo o árbol de la lluvia, viejo ejemplar de til que fue abatido por un temporal en 1610; por condensación llenaba unos depósitos excavados en su base, en los que se surtían de agua los primitivos habitantes de la isla, los bimbaches. En 1957 se plantó en su lugar otro ejemplar de dicha especie, que aún perdura.

El 11 de abril de 1969 se aprobó el escudo del municipio de Valverde (El Hierro). En su centro sobresale: “de oro, terrazado de sinople, un árbol, Garoé, destilando gotas de plata perfiladas de sable, surgiendo de un charco de plata”. Es motivo central único, el mismo árbol Garoé que recoge el escudo de la isla, tan célebre y citado por geógrafos y hasta inmortalizado en La araucana de Ercilla.

En resumen, como se ha podido comprobar, la mayor parte de los símbolos vegetales relacionados con la vegetación potencial que se reflejan en los escudos heráldicos de Canarias están motivados por árboles singulares, de valor histórico, tradicional o monumental, o por especies que caracterizan el paisaje vegetal de un determinado lugar. A ellos se suman los que denotan la dominancia pasada o presente de determinados cultivos, que en muchos casos han marcado la economía de los municipios, por lo que se han fijado como símbolos locales. Pero el análisis de éstos lo dejaremos para otro trabajo.

Queremos manifestar nuestro agradecimien-to a todas aquellas personas que, desde los distintos ayuntamientos o desde la Comisión de Heráldica, nos han aportado información gráfica de los distintos escudos o nos han aclarado las fechas de aprobación y la justificación de los elementos vegetales.

Para conocer más datos de los escudos heráldicos canarios, así como de los elementos vegetales que se representan en ellos, podemos consultar los siguientes trabajos:
  1. ESTÉVEZ DOMÍNGUEZ, J. Gigantes en las Hespérides: árboles singulares y monumentales de las islas Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: La Caja de Canarias, 2005.
  2. GONZÁLEZ GONZÁLEZ, R. Árboles monumentales, arboledas y flora singular de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Cabildo de Tenerife, Área de Medio Ambiente, 2001.
  3. HODGSON TORRES, F. y SÁNCHEZ-PINTO, L. Árboles monumentales de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Cabildo de Tenerife, Área de Infraestructura y Medio Ambiente, 1996.
  4. LASSO PURRIÑOS, P. Blasones de los municipios canarios. Islas Ca-narias: Gobierno de Canarias, Consejería de Presidencia y Turismo, 1994.
  5. LASSO PURRIÑOS, P. Los blasones municipales de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Ca-bildo Insular de Tenerife, 1994.
  6. LASSO PURRIÑOS, P. Heráldica institucional de Canarias. Santa Cruz de Tenerife: Dictamen y Gestión, 2003.
  7. RODRÍGUEZ, L. Los árboles históricos y tradicionales de Canarias (crónicas de divulgación). Nota de José de Viera y Clavijo. Santa Cruz de Tenerife: La Prensa, ca. 1938.
  8. RODRÍGUEZ, L. Los árboles históricos y tradicionales de Canarias. 2ª parte. Santa Cruz de Tenerife: La Prensa, 1946 [reeditado en Santa Cruz de Tenerife: El Día, 2001].
  9. TESORO heráldico de Canarias: los escudos de las islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife. La Gaceta de Canarias; Gobierno de Canarias, s.d.

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